Persiguiendo el Sueño Olímpico "Ronald Clark" México 1968.
El Fondista Australiano Ronald William Clarke, Ron Clarke a pesar de batir 17 Récords Mundiales solo pudo obtener una Medalla Olímpica y fue la que le obsequio "Emil Zatopek" la locomotoro Checa
Hoy queremos compartir con ustedes una bonita historia.
El fondista Australiano y atleta olímpico Ron Clarke por allá por los años 60 batió 17 récords mundiales en ocho diferentes distancias, Ron Clarke fue el primer corredor en bajar de 28 minutos en 10.000 metros.
Ron Clarke nunca pudo sostener en sus manos una Medalla Olímpica.
Ese día en las Olimpiadas de Mexico Ron Clarke tenia enfrente un enemigo que no era de carne y hueso, un fantasma, nos referimos a la altitud de la Ciudad Azteca.
Sonó el disparo Clarke empezó a correr, su táctica, la habitual en el, tirar hasta desfondar a sus rivales.
Sin embargo, cuando faltaban dos vueltas, aumento su ritmo, notó que le faltaba el oxígeno, pero aun así siguió empujando, forzando el tren, al máximo de su capacidad.
Cuando logró cruzar la línea de meta en sexta posición cayó fulminado, su siguiente recuerdo una máscara de oxígeno en la cara. Los médicos después confirmaron que estuvo a punto de morir, un resultado que igualmente daño los corazones de los millones de aficionados que siguieron su carrera, su valentía, su coraje y el valor de un deportista capaz de llegar más allá de sus límites, sino también a su propio corazón. La lesión cardíaca que sufrió Clarke por el sobre-esfuerzo en la altitud asfixiante del Estadio Olímpico mexicano le obligó a operare y se convirtió en una enfermedad crónica que le llevo a medicarse todos los días de su vida, hasta su muerte
La historia sin embargo tuvo un final feliz, Ronald Clark se había hecho amigo de otra leyenda del atletismo ese no era otro que Emil Zatopek, el gran fondista checo, la Locomotora humana, durante sus tours por Europa.
En una visita a Praga poco después de los Juegos de México y su desvanecimiento, cuando estaba a punto de embarcar, Zatopek se le acercó y le entregó un paquete y le dijo que era un regalo para él.
Clarke no quiso abrirlo allí mismo por si tenía algún contenido político y prefirió hacerlo en el avión.
Por fin pudo levantarse e ir al servicio a abrirlo a escondidas.
Contempló con sorpresa y admiración que el paquete contenía la Medalla de Oro que su amigo Zatopek había ganado en la carrera de 10.000 metros en los Juegos Olímpicos de 1952, con el mensaje “No es por amistad, sino porque te la mereces”.
Por Kike Nieto, Carlos Arribas, Corredor de Historias adaptación Héctor López García
El Fondista Australiano Ronald William Clarke, Ron Clarke a pesar de batir 17 Récords Mundiales solo pudo obtener una Medalla Olímpica y fue la que le obsequio "Emil Zatopek" la locomotoro Checa
Hoy queremos compartir con ustedes una bonita historia.
El fondista Australiano y atleta olímpico Ron Clarke por allá por los años 60 batió 17 récords mundiales en ocho diferentes distancias, Ron Clarke fue el primer corredor en bajar de 28 minutos en 10.000 metros.
Ron Clarke nunca pudo sostener en sus manos una Medalla Olímpica.
Ese día en las Olimpiadas de Mexico Ron Clarke tenia enfrente un enemigo que no era de carne y hueso, un fantasma, nos referimos a la altitud de la Ciudad Azteca.
Sonó el disparo Clarke empezó a correr, su táctica, la habitual en el, tirar hasta desfondar a sus rivales.
Sin embargo, cuando faltaban dos vueltas, aumento su ritmo, notó que le faltaba el oxígeno, pero aun así siguió empujando, forzando el tren, al máximo de su capacidad.
Cuando logró cruzar la línea de meta en sexta posición cayó fulminado, su siguiente recuerdo una máscara de oxígeno en la cara. Los médicos después confirmaron que estuvo a punto de morir, un resultado que igualmente daño los corazones de los millones de aficionados que siguieron su carrera, su valentía, su coraje y el valor de un deportista capaz de llegar más allá de sus límites, sino también a su propio corazón. La lesión cardíaca que sufrió Clarke por el sobre-esfuerzo en la altitud asfixiante del Estadio Olímpico mexicano le obligó a operare y se convirtió en una enfermedad crónica que le llevo a medicarse todos los días de su vida, hasta su muerte
La historia sin embargo tuvo un final feliz, Ronald Clark se había hecho amigo de otra leyenda del atletismo ese no era otro que Emil Zatopek, el gran fondista checo, la Locomotora humana, durante sus tours por Europa.
En una visita a Praga poco después de los Juegos de México y su desvanecimiento, cuando estaba a punto de embarcar, Zatopek se le acercó y le entregó un paquete y le dijo que era un regalo para él.
Clarke no quiso abrirlo allí mismo por si tenía algún contenido político y prefirió hacerlo en el avión.
Por fin pudo levantarse e ir al servicio a abrirlo a escondidas.
Contempló con sorpresa y admiración que el paquete contenía la Medalla de Oro que su amigo Zatopek había ganado en la carrera de 10.000 metros en los Juegos Olímpicos de 1952, con el mensaje “No es por amistad, sino porque te la mereces”.
Por Kike Nieto, Carlos Arribas, Corredor de Historias adaptación Héctor López García
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