La enorme cabeza de piedra de Goya en el Parque de San Isidro, en Madrid.

Las teorías sobre la desaparición del cráneo de Francisco de Goya y Lucientes han proliferado con el tiempo, alimentando un enigma que mezcla historia, arte y misterio.

Francisco de Goya es uno de los artistas más influyentes en la historia del arte español y europeo. Su vida y obra abarcan finales del siglo XVIII hasta la primera mitad del siglo XIX, un periodo tumultuoso marcado por la Guerra de Independencia Española y los conflictos políticos en Europa. Sus cuadros, que reflejan tanto la luz como la oscuridad de la condición humana, han dejado una huella indeleble en la cultura. Goya falleció el 16 de abril de 1828 en Burdeos, ciudad a la que se había exiliado debido a su oposición al régimen absolutista de Fernando VII. En sus últimos años, estuvo rodeado de amigos y compañeros de ideas liberales, lo que evidencia su compromiso con la libertad y el progreso. La Exhumación y el Robo del Cráneo El cónsul español Joaquín Pereyra regresó a Burdeos en 1888 con la intención de trasladar los restos de Goya a su patria. Al abrir la tumba, se encontró con que el cráneo del pintor había desaparecido. Esta revelación generó un revuelo y múltiples especulaciones. Se estudió la posibilidad de que se tratara de un acto de profanación o incluso de un robo organizado. La pregunta que muchos se hicieron fue: *¿quién podría estar interesado en un cráneo, y por qué?* La Teoría Frenológica Una de las teorías más intrigantes sobre la desaparición del cráneo de Goya está relacionada con la frenología, una pseudociencia que se popularizó en el siglo XIX que sostenía que las características del cráneo podían revelar rasgos de personalidad y habilidades cognitivas. Se dice que el Dr. Jule Laffargue, amigo de Goya, habría recibido el consentimiento del artista para estudiar su cráneo tras su muerte. Esta teoría sugiere que el cráneo pudo haber sido retirado con el propósito de llevar a cabo experimentos que contribuirían a esta pseudociencia, especialmente dada la fascinación por la mente y el comportamiento humano que existía en ese momento. La Pista en Zaragoza La aparición de un lienzo titulado "Cráneo de Goya pintado por Fierros" también ha contribuido a la leyenda. La obra, que presenta una calavera similar a la que se supone perteneció a Goya, se convirtió en un tema de especulación. Sin embargo, no hay pruebas concluyentes que relacionen el lienzo con el cráneo perdido, lo que sugiere que, aunque puede ofrecer un vistazo a cómo se percibía a Goya después de su muerte, no resuelve el enigma del robo. Desde el episodio del robo del cráneo, varios han sido los mitos y leyendas que han girado en torno al destino del mismo. Algunas versiones hablan de que el cráneo pudo haber sido utilizado en ritos oscuros o en prácticas esotéricas; otros sugieren que podría haber formado parte de una colección privada de curiosidades. En el ámbito académico, la falta de documentación concreta sobre el destino del cráneo desde el momento de su sustracción ha llevado a numerosos estudios e investigaciones. Algunas teorías apuntan a que el cráneo podría estar en manos de coleccionistas privados o incluso en algún museo en el mundo. Sin embargo, estas afirmaciones a menudo se encuentran en el terreno de la especulación, pues no se ha podido verificar ninguna pista clara. Un Enigma Perdurable La desaparición del cráneo de Francisco de Goya no solo plantea preguntas sobre el destino de uno de los artistas más importantes de la historia, sino que también invita a explorar las relaciones entre el arte, la ciencia y la cultura en un contexto histórico específico. El misterio perdura, y el cráneo de Goya se ha convertido en un símbolo de la fascinación humana con la memoria y la identidad, así como un recordatorio de las sombras que a menudo rodean la vida y la obra de las figuras más influyentes del arte. Hasta el día de hoy, permanece como un enigma sin resolver, un legado oculto que sigue intrigando a historiadores, arqueólogos y amantes del arte.