El Cambio del atletismo Amateur a Profesional.

Está es parte de esa historia. En el Atletismo los Atletas anteriores a la década de los años 70 todos éramos en Venezuela considerados con Rango Amateur, por razones obvias, está es parte del cambio del Atletismo Amateur a Profesional. La historia de Steve Prefontaine es emblemática y simboliza la lucha del atletismo amateur por el reconocimiento y la profesionalización, particularmente en las décadas de 1960 y 1970. Nacido el 25 de enero de 1951 en Coos Bay, Oregón, Prefontaine se convirtió en una de las figuras más carismáticas y controvertidas del deporte, conocido no solo por su excepcional habilidad como corredor de largas distancias, sino también por su fuerte carácter y su lucha por los derechos de los atletas.

En la década de 1970, las reglas del amateurismo en los Estados Unidos eran estrictas. La American Athletic Union (AAU) regulaba las competiciones y mantenía un control férreo sobre la elegibilidad de los atletas. Cualquier atleta que aceptara compensaciones económicas o productos gratuitos de empresas deportivas quedaba automáticamente descalificado para competir como amateur. Esto significaba que muchos atletas talentosos, aunque dedicados, tenían que equilibrar su entrenamiento con trabajos de tiempo completo para ganarse la vida, lo que hacía extremadamente difícil alcanzar su máximo potencial como competidores. La Lucha de Prefontaine La famosa disputa de Prefontaine con la AAU comenzó cuando aceptó un acuerdo con Nike, la emergente marca de ropa deportiva, que incluía la recepción de zapatillas y otros productos sin costo. Esta decisión le costó su elegibilidad para los Juegos Olímpicos de 1976 en Montreal, a pesar de haber sido uno de los mejores corredores de su tiempo, habiendo participado en los Juegos de Múnich 1972, donde acabó en cuarto lugar en la final de 5000 metros.

Prefontaine se convirtió en un ferviente defensor de los derechos de los atletas amateurs. Criticó abiertamente las políticas de la AAU, denunciando cómo estas limitaban las oportunidades y el reconocimiento para los corredores. De hecho, rechazó ofertas de más de 200,000 dólares para transformarse en atleta profesional, sabiendo que esto implicaría renunciar a su sueño olímpico. En cambio, aceptó perder mucho dinero, conformándose con dietas de solo $3 en competiciones, el límite impuesto por la organización. La resistencia de Prefontaine a las reglas injustas resonó profundamente en muchos de sus compañeros atletas. Él no solo competía, sino que hizo de su lucha una parte integral de su legado. Con sus charlas y su presencia, inspiró a toda una generación a cuestionar el sistema y a buscar una mayor equidad en el deporte.

La última carrera de Prefontaine tuvo lugar el 29 de mayo de 1975, donde rindió homenaje a su amor por el deporte y su compromiso con sus principios. Durante este evento, donde participaron otros grandes de la distancia, como Frank Shorter, Prefontaine mostró por qué era conocido como un competidor incansable. La multitud de 7,000 personas en el Hayward Field, en la Universidad de Oregón, fue testigo de un atleta que, a pesar de las adversidades, nunca dejó de luchar por sus ideales. Lamentablemente, el camino de Prefontaine se cortó trágicamente el 30 de mayo de 1975, cuando un accidente automovilístico le costó la vida a solo 24 años. Su legado, sin embargo, perdura. A través de su resistencia y su lucha, contribuyó a sentar las bases para el cambio en el atletismo, que finalmente vio movimientos hacia la profesionalización y un reconocimiento más significativo de los derechos de los atletas. Su historia se ha convertido en un símbolo de la lucha por la dignidad y el reconocimiento en el deporte, siendo inspiración para muchos atletas que continúan su legado al abogar por la equidad y el respeto en todas las disciplinas deportivas. Al día de hoy, Prefontaine es recordado no solo como un corredor formidable, sino como un pionero que desafió las normas y buscó un futuro mejor para todos los atletas. Imágenes cortesía de la web.