La Mistica una Valiosa Herramienta en la Ruta más cercana hacia la Victoria.

La Mistica una Valiosa Herramienta que todos los atletas, entrenadores, dirigentes y jueces debemos alcanzar, es la Ruta más cercana hacia el camino hacia la Victoria. La palabra "mística" lleva consigo una carga de significados que trascienden lo puramente conceptual, abriéndose a una experiencia profunda y emocional que se entreteje con valores humanos fundamentales. En el atletismo, la mística no solo se refiere a un conjunto de actitudes o comportamientos, sino a una verdadera forma de vida que abarca el crecimiento personal, la superación y el compromiso con uno mismo y con los demás. La "mística" se refiere a la búsqueda de un sentido más profundo de la existencia, un camino hacia lo trascendental y espiritual. Implica una conexión íntima con nuestras emociones, pensamientos y la realidad que nos rodea. En el deporte, esta conexión se manifiesta en la forma en que los atletas se relacionan con su disciplina, convirtiendo el entrenamiento y la competencia en una experiencia de autoconocimiento y transformación.

La mística en el atletismo es el hilo conductor que une cada fase del entrenamiento, desde el calentamiento hasta la competencia. Cada carrera, cada salto o cada lanzamiento está impregnado de sacrificio, esfuerzo y, sobre todo, una profunda razón de ser. La mística se convierte en el motor que impulsa a los atletas a levantarse cada día, a entrenar bajo condiciones adversas, y a seguir persiguiendo la excelencia. La mística nos ayuda a desarrollar una mentalidad de crecimiento. Al enfrentarse a los retos del deporte, aprenden a superar obstáculos, no solo físicos, sino también mentales y emocionales. Este proceso de auto superación se traduce en una mayor confianza en sí mismos y en sus capacidades, impactando positivamente en otras áreas de sus vidas.

Para muchos atletas, el deporte actúa como un medio de conexión espiritual. Esta conexión les permite estar en sintonía con su propósito y los motiva a seguir adelante en su camino. La disciplina es uno de los pilares fundamentales de la mística de cualquier deporte y en especial de nuestro Atletismo. Los entrenamientos rigurosos y la búsqueda incansable de la perfección enseñan a los atletas el valor de la constancia. Cada pequeño progreso es un recordatorio de que el éxito no suele ser instantáneo, sino el resultado de años de trabajo arduo y dedicado. La amistad y camaradería se convierten en una parte esencial de la mística. A pesar del paso del tiempo, la conexión entre generaciones de atletas persiste, construyendo un legado de inspiración y apoyo. El verdadero legado va más allá de los logros deportivos; radica en la mística que han cultivado y en los principios que han transmitido a las siguientes generaciones. Esta herencia no se limita al ámbito físico; también incluye valores como la ética del trabajo, la integridad y el respeto. Nosotros los jóvenes de los 70, aprendimos de los Superdotados, algo que fortalece el sentido de comunidad.

Esta conexión intergeneracional enriquece la experiencia del atletismo, convirtiéndolo en un camino compartido en el que cada miembro aporta su propia historia y aprendizaje. Más allá de sus aplicaciones en el deporte, la mística tiene un impacto significativo en la vida cotidiana de los atletas. Los principios de perseverancia, disciplina y espiritualidad son transferibles a diversas áreas, desde el ámbito profesional hasta las relaciones personales. La mística en el deporte promueve valores que son esenciales para la convivencia en sociedad: el respeto, la empatía y la solidaridad. Los atletas que viven estos valores tienden a ser ciudadanos más responsables y comprometidos con sus comunidades, entienden sus emociones y promueven una mentalidad positiva. La mística no solo es personal; también se convierte en una fuente de inspiración para quienes observan. La dedicación, los sacrificios y los triunfos de los atletas pueden motivar a otros a perseguir sus propias pasiones, creando un ciclo de inspiración y esfuerzo continuo. La mística en el deporte es un fenómeno complejo y profundo que abarca múltiples dimensiones de la experiencia humana. Es una fuente de crecimiento y autosuperación que impulsa a los atletas a dar lo mejor de sí en cada aspecto de sus vidas. Al reconocer y valorar esta mística, tanto atletas como aficionados pueden entender mejor las profundas conexiones que existen entre el deporte, la espiritualidad y la comunidad, creando puentes que unen generaciones y fomentan el respeto y la admiración mutuos. Al final del día, la mística es un recordatorio de que, al vencer los obstáculos en el deporte, también estamos en el camino de vencer nuestros propios desafíos que nos presentará la vida misma.