sábado, 14 de junio de 2025

Ladislao Lazar, la Filosofía del Atletismo y la Pasión de un Visionario.

Ladislao Lazar: La Filosofía del Atletismo y la Pasión de un Visionario. El 29 de abril de 1909, en el pequeño pueblo de Tapolybana, Hungría, nació una leyenda que transformaría el Atletismo en Venezuela. Ladislao Lazar, un hombre que se dedicó a cultivar no solo cuerpos, sino también mentes y almas, se convirtió en un faro de esperanza y excelencia en el mundo del atletismo venezolano. Licenciado en Filosofía, su enfoque hacia la enseñanza y el entrenamiento era más que un simple método; era una forma de vida. La filosofía en el deporte no consiste meramente en la competencia y la victoria, sino en cómo esos momentos de superación pueden forjar el carácter y la identidad de un pueblo. Ladislao entendió esto profundamente. Trás su llegada a Venezuela, tras el estruendo de la Segunda Guerra Mundial, encontró un país con un corazón palpitante, listo para abrazar su pasión por el atletismo. Con su vasta experiencia adquirida en su Hungría natal, donde realizó innumerables cursos en la materia, trajo consigo no solo técnicas atléticas, sino también una convicción inquebrantable de que el deporte es un vehículo para alcanzar la grandeza. Como profesor en la Universidad Central de Venezuela, conocida como "la casa que vence las sombras", y fundador de la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos. Lazar sembró las semillas de la excelencia en la generación de atletas que se conocen hoy como los "Superdotados". Figuras icónicas como Arquímedes Herrera, Rafa Romero, Hortensio Fucil, Jimmy Maldonado, Héctor Thomas, John Muñoz, Gisela Vidal y muchas otras grandes figuras de nuestro Atletismo, las cuales florecieron y destacaron bajo su enseñanza, transformándose en símbolos del talento venezolano en las pruebas de pista y campo, internacionalmente.
Su mayor hazaña, la conquista de los Iberoamericanos de Atletismo en Madrid en 1962, es un testimonio eterno de su legado. En ese evento, la selección nacional brilló con un desempeño alucinante, consiguiendo 18 medallas y superando a potencias como Argentina y España.
Fue un momento en el que la épica se entrelazó con la historia del país, un instante donde el sudor y el esfuerzo se tradujeron en gloria. Esa victoria no fue solo un triunfo deportivo; fue un acto de amor hacia Venezuela, una nación que encontró su voz a través de sus atletas. El romanticismo en la figura de Ladislao Lazar se manifiesta en su incansable búsqueda de la perfección y la belleza del deporte. Cada atleta que pasó por sus manos fue tratado no solo como un competidor, sino como un artista en busca de su obra maestra. Su filosofía iba más allá de lo físico; buscaba cultivar el espíritu de cada uno, enseñando que el deporte es, ante todo, una celebración de la vida y un reflejo del ser humano en su búsqueda constante de superación. Reconocido múltiples veces por su excelencia —fue nombrado el mejor entrenador del Siglo XX por el Círculo de Periodistas Deportivos de Venezuela y exaltado al Salón de la Fama del Deporte Venezolano—, Ladislao Lazar dejó una huella indeleble en el corazón de su nación. Su legado se erige no solo en los trofeos y medallas, sino en los valores que inculcó en todos aquellos que tuvieron el privilegio de aprender de él. Al recordar la figura de Ladislao Lazar, evocamos la magia que el atletismo puede ofrecer, un viaje íntimo y emocional donde cada zancada es un verso, donde cada meta cruzada es una estrofa en el poema de la vida. Tengo una anécdota con el Profesor Lazar cuando era corredor de 800 metros y a pesar de mis entrenamientos no podía bajar de 1.50 segundos, el profesor se me acercó cuando estaba realizando mis calentamientos rutinarios, antes de entrenar, estaba realizando saltos de paracaídas y me preguntó cuántos saltos realizas tu antes de entrenar, le respondí 30 saltos y el me respondió cuando te acostumbres a realizar en tus entrenamientos 100 saltos bajarás de 1.50 y así fue a los pocos meses corrí 1.49 y luego 1.48.99 El Profesor Lazar también formó parte de nuestra Selección Nacional que se coronó como Campeones Sudamericanos Varones en el año de 1974 en Santiago de Chile, en adición a un hazaña que ya había conseguido en la Ciudad de Cali en el año 1963, convirtiéndose en el único entrenador en lograr esta hazaña en dos oportunidades para Venezuela. En esa intersección entre la filosofía y pasión por nuestro atletismo, entre el entrenamiento riguroso y la pasión genuina, el profesor Lazar se erige, aún hoy, como un faro para las futuras generaciones de atletas venezolanos. Su legado no es solo parte de la historia del atletismo; es también un llamado a soñar y a creer en el poder transformador del deporte. Fuentes: sus apreciados alumnos y el servidor Con Daniel Iznaga.

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